jueves, 8 de julio de 2010

Siendo completamente sincera...

No subestimo la vida que llevo. No es una cama de rosas, pero tampoco iré al extremo de decir que es una mierda…simplemente porque soy mucho más afortunada que otros en muchos aspectos… es algo que siempre agradeceré. Pero… (siempre hay un pero)…el día a día no es un cuento de hadas que planeas para que seas feliz por siempre jamás.


Suena tan trillado decir que me transformo cuando nadie mira…pero es así. Qué arrecho que los seres humanos tendemos a ver siempre el desperfecto en un paisaje de ensueño…ese en el que imaginamos estar pintados. No reniego de las bondades y bendiciones que Dios me ha regalado, eso es punto y aparte.


De ley todos formamos parte importante o no en la vida de otros. Yo he tenido la virtud de hacer felices a otros, en ocasiones he estado allí simplemente porque se supone que alguien esté y me ha tocado a mi…o he desatado nudos, pero…otra vez el pero…¿y los mios? Allí están esperando que el tiempo los desate, pues nadie más que yo (y el tiempo) puede desatarlos.


Como dije, a veces está en nuestras manos resolver los problemas de los otros, mientras que los propios se escapan y ya estoy harta…de comprender, de resolver por los demás y echarme a un lado a esperar… estoy harta de desear… desear es para los mortales y yo soy un hada…al menos eso según un duende maravilloso que encontré mientras caminaba mirando hacia abajo. Soy un hada sin alas para volar de la monotonía y la añoranza que arropa la luz que desprendo.


Los deseos engañan la mente de manera momentánea pero no llenan la carencia…no ocupan un lugar palpable dentro de las necesidades. Es decir, hay un período en que sí sustentan las ilusiones, pero las mías están desvencijadas, verdaderamente fatigadas del señor tiempo y la señora distancia.


Alguien me dijo que esto es poco, y sí, lo reconozco. Es poco comparado con aquellos que arrastran una cruz 50 veces más grande que la mía PERO…ya no me importan. No me interesa saber las historias de los que sufren porque ya tengo suficiente con la mía.


Como me gustaría dejar de escribir o pronunciar palabras agotadas que no resuelven nada y que de verdad hubiera algo inmediato que pudiera hacer para terminar con este estado patético en el que la mayoría de las personas caemos…oh! Se me olvidaba, no soy alguien corriente…soy un hada jajá.


Y esta es la parte donde suelto mi discurso corta venas…me sabe a tanta mierda que las voces fastidiosas se cansen de repetir que persiga otro rumbo…que busque a alguien más, pero no entiende nadie que cuando estuve contigo mis ojos miraban distinto.


Tú tienes algo que hace que mi corazón se llene de tanta fuerza. Sólo un par de veces el hada ha visitado el territorio del centro…allí donde habitas. Recuerdo que cuando dormía, sentía tanta paz…esa que no siento de este lado. La piel se sentía distinta, la sonrisa no escondía absolutamente nada…pero eso no lo ven, ciegos de mierda todos. ¿Qué coño van a entender?, si el amor les dura lo que se tarda el horario de verano en cambiar…cambian y cambian porque no sienten sus ojos distintos ni su piel respirar paz, ni su corazón caminar tranquilo.


¿Por qué importa tanto en esta sociedad hundida en los estereotipos quién es bonito y quién supuestamente no? Me enferma el tormento constante de esas pobres almas en pena…son tan banales que están condenados a buscar algo que jamás van a encontrar...porque tienen telarañas en los ojos y en el corazón…telarañas de esperar ese personaje de cuento de hadas que no existe…pero ¡hey! Yo soy un hada, no espero ese personaje ficticio, yo soy uno de ellos…aunque ni tan ficticio pues siento y piso la realidad mucho más fuerte que otros.


Es algo paradójico, pero si lo analizan bien, los personajes de cuentos de hadas estamos hartos de la misma historia repetida y enferma de la doncella, la bruja y el encantador…ese encantador que ya no encanta porque ha sido distorsionado por la cruda realidad, así que ¿para qué buscan la perfección que sólo está en su cabeza? O en este caso en los libros de cuentos, ¿será que la loca no soy yo sino todos los demás? jajá. Razón tiene la gastada frase de ‘nadie es perfecto’, pues la perfección se encuentra finalmente cuando te complementas con otro ser imperfecto…como tú. Es como un rompacabezas, hay que encajar.


Gracias doy a quienes dicen que soy muy bonita, pero eso la verdad no me hace peso, no me la creo. A mi juicio, bonito es aquel que despierta con una sensación de que nada falta, el que persigue el porvenir sin penas en el alma. Bonita me sentí cuando estuve a tu lado.


No vale nada el cuerpo que dios nos diera pues he aprendido a sentir con el alma…esa que no se muere sabes, pero no está en paz. Ya para cerrar y no hacer el drama más largo, pienso que la verdadera fealdad la tienen aquellos que se detienen para ver que tan bien pintada quedo la calle por donde transitan, en vez de seguir caminando para llegar, se paran a criticar...por eso se atrasan. Yo continúo caminando, pero me duelen los pies…y te necesito.




1 comentario:

María Virginia dijo...

Lo que sucede mi amiga tocaya y hada, es que nosotras las “no terrenales” vemos la vida de un modo distinto al común colectivo… Se preguntan por qué no perseguir otro rumbo y dejar atrás la nostalgia por ese amor lejano, pero bien decía Antoine de Saint-Exupéry “sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”.

Tú ya tienes tu rosa y ese trigo dorado que te hace recordarlo y por ello amar el ruido que hace el viento cuando lo acaricia… Sigue caminando aunque te duelan los pies y no le hagas caso a los ciegos; ya bastante tienen con no poder apreciar lo bello que la vida les regala…

Atte: El hada de Tierra Santa