viernes, 3 de septiembre de 2010

¿Qué edad tienes?


Generalmente, dentro de nuestra sociedad, la edad se mide en muchos casos por la cantidad de arrugas que adopta nuestro cuerpo con el pasar del tiempo, por la flacidez que adquiere la masa muscular o por las canas que van tornando grisáceo nuestro cabello.
En cualquiera de estos casos, todo ello viene dado por los estereotipos fijados desde hace centurias. A pesar de ello, ¿no se han puesto a pensar que existen personas que, aún contando con muchos años de vida, parecen no haber aprendido lo suficiente? Para ser más explícita, hay seres que por ser mayores creen poseer la verdad en todo, gracias a que han permanecido más tiempo en esta tierra que muchos otros…sin embargo siguen errando en situaciones triviales y complejas, ahogándose en su propio charco. Y no es que me guste generalizar, porque sí hay quienes hacen justicia a sus canas.
Contrariamente, como en este mundo existe de todo, hay personas que aunque han tenido corta existencia, pareciera que la vida les ha enseñado mucho más de lo que otros pueden captar en ese poco tiempo, haciendo que su apariencia joven no sea más que un disfraz que oculta el noble corazón y sabio espíritu que llevan dentro.

Pero no es la edad física a la que me refiero…hablo de esa que no se mide por el caparazón que te cubre sino por la transparencia que brindan las ventanas que dan hacia el alma...Hay quienes hablan de la evolución de ésta como parte de un ciclo de enseñanzas que adquirimos a través de la transición múltiple en el plano físico…

¿Cómo se mide el conocimiento?

Brian Weiss habla, en su libro “Muchas vidas, muchos maestros”, que todos vamos al mismo sitio pero a velocidades diferentes. Esta frase la cité en otro artículo de este blog, pero me parece pertinente mencionarla de nueva cuenta. Podría ser que dos personas tengan edades similares, pero que una de ellas parezca tener más conocimiento que otra…y no de ese conocimiento que se adquiere leyendo enciclopedias enteras y viendo programas educativos, sino aquel que te permite ser un alma consciente de que tu Dios te rodea, de saber identificar las situaciones terrenales como parte de la carne y como pruebas que te han sido dadas para tu aprendizaje espiritual.

Es por todo lo anterior que dicen que “para el amor y el cariño no hay edad”, pues muy a pesar de las marcadas diferencias entre épocas, hay quienes se aman sin importar lo físico, en todos sus aspectos, pues sus almas se reconocen irremediablemente como parte de la creación perfecta que Él llevó a cabo en el cielo y hay una y sólo una verdadera que siempre se distingue entre muchas aquellas que intentan usurpar ese lugar. Muchos estamos ligados a diferentes personas de alguna manera sin saber porqué, sólo sentimos ese fuego que abraza nuestro corazón al sólo mirar a los ojos a esa persona…sea tu pareja, tu madre, o un amigo que sientes conocer de toda la vida. Recuerda siempre: las casualidades no existen, todo es producto de las causalidades.

El eterno peregrinaje será la búsqueda del camino hacia Dios, es allí a donde todos, o casi todos, vamos, pues hay quienes se pierden al no saber siquierapor donde comenzar. Es hacia Dios a donde nos dirigimos mientras atravesamos los ciclos de lecciones que nos son dadas a diario a través de las señales…esas que pueden estar en cualquier lado…en un aviso, en el viento, en la cara de un niño…sólo hay que saber agudizar los sentidos y abrir el corazón hacia Dios, no importa si lo llamas Jesús, Alá, Budah, Krishna, Yahvé…Dios es el único Todopoderoso.

¿Qué doctrina seguir?

Las religiones con sus diferentes denominaciones no son más que los diversos medios por los que cada quien elige seguirlo, a la final todos vamos a la mismaparte o al menos intentamos hacerlo. Un ejemplo muy sencillo es cuando todos queremos asistir a un lugar, digamos un parque, y tú te vas en camioneta, yo me voy en bicicleta, mi madre se va en un taxi y mi tío en tren…a la final todos nosotros tenemos el mismo destino, pero los medios cambian dependiendo de la preferencia y las necesidades de cada individuo.

En cuanto a la otra parte de la frase que dice que vamos a velocidades diferentes, es por lo que he dicho al comienzo. Las almas, aunque físicamente tengan edades iguales, no poseen esa similitud en el plano espiritual. pues hay quienes han aprendido muchas más enseñanzas en menor tiempo…algunas gracias a la ayuda de seres angélicos que Dios pone en nuestro camino.

Las lecciones son aquellas que nos dejan saber cuándo las sensaciones terrenales como la ira, el orgullo, la soberbia, la lujuria, la codicia, entre muchas otras engendradas en lo más recóndito del infierno, nos están apartando de la palabra que prometió El Señor…es saber identificar cuándo estamos dejando que el maligno reine en todos los aspectos de nuestra vida con sus engaños y tentaciones, cuando renegamos del único salvador y nos cuestionamos sobre su presencia.

Sabia reflexión

Una vez Albert Einstein se enfrentó a un profesor que se jactaba en decir que todo lo malo en el mundo existía porque Dios no era real, y el sabio alumno le preguntó: “Maestro, ¿existe la oscuridad?”, y éste le respondió súbitamente: “¿Qué clase de pregunta es esa? ¡Por su puesto que existe!”, Einstein replicó: “A decir verdad no, puesto que con un solo rayo de luz la oscuridad se rompe…la luz puede ser medida, la oscuridad no. Ésta es producto de la ausencia de luz…y la maldad abunda por causa de la ausencia deDios”. El maestro calló irremediablemente ante tan cierta reflexión.

Por eso, antes de cuestionar las creencias de cada persona por muy raras o diferentes que sean a las nuestras, se debe respetar pues todos tenemos necesidades espirituales dispares…de acuerdo a la edad de nuestra alma. Y para aquellos que se consideren a sí mismos como seres evolucionados, no se deja de ser mortal pues nuestra humanidad así nos ha condenado, pero estando conscientes de lo que verdaderamente es real, la tarea es socorrer en el camino a aquellos que aún están en su búsqueda y atraerlos a las riendas del Padre Celestial para que ellos también se sumen al pueblo de almas blancas que conocen la verdad. Así que te pregunto…¿tú qué edad tienes?

Dedicado a mis ángeles con todo el amor que Dios depositó en mí para ellos