Agasajo hoy y todos los días a mi hermosa madre, quien han reído y llorado junto a mi y mi hermano desde el mismo momento en que fuimos enviados a sus vientre, nos esperó con ilusión al imaginarse un rostro abstracto que podía tener miles de características diferentes y aún así ella nos amó desde el mero principio, aún sabiendo que su vida cambiaría para siempre.
Mi madre nos ha consentido, regañado y enseñado a darle la cara a la vida. Demos gracias a Cristo por tenerlas y sintámonos enormemente bendecidos, hagámoslas sentir que nunca ha sido en vano su sacrificio de despertar en la oscuridad de una madrugada a encender el fogón de su cocina para empezar el día con un buen sustento para su familia, esos largos recorridos para acompañarnos hacia donde se lo pidamos y por su puesto hay que agradecer las múltiples veces que cerraron sus ojos muy tarde en la noche para ayudarnos con los deberes, esperar a que llegáramos sanos y salvos de la calle o simplemente se quedaron conversando con nosotros.
Oro por aquellas que no están e incito a recordar lo bello de su paso por la vida de cada uno, haciendo que estén orgullosas desde aquella nube donde descansan y observan…enaltezcan sus nombres con la más hermosa sonrisa hoy día de las madres y jamás, pero jamás dejen de recordar lo bueno y lo valioso de sus enseñanzas, sientan que aquellas que se van sólo lo hacen físicamente, pero el alma y el amor jamás mueren.
Feliz día de las madres, dedicado especialmente a mi mami Nínive y mis abuelas, Yolanda, Adelina y Margarita.
