viernes, 2 de abril de 2010

Pinturas del alma

Todos en esta vida asumimos el papel de artistas. Cuando empezamos a pintar obras aficionadas que intentamos catalogar como piezas maestras.

Comenzamos utilizando el más grande de los espacios, para que quepa todo lo que nadie ha logrado pintar, aspirando con entusiasmo que la nuestra se distinga de las millones de obras que se pintan o escriben a diario.

Llega un momento en que, después que los pinceles alcanzan el placer del contacto con la textura del lienzo, nos damos cuenta de que faltan en nuestra paleta uno o más colores…esos que erróneamente pensábamos que venían incluidos desde el momento que decidimos pintar la inmensidad de locuras que habitan en nuestras neuronas, y los tumbos violentos de nuestro corazón.

Una vez que empiezas algo con tanto esmero no contemplas la posibilidad de ver tu trabajo perdido, mucho menos cuando tienes planes de exhibir la grandeza de lo que pintaste al mundo…no te pasa por la mente que la repentina lluvia puede desgastar el óleo de tu pintura, no concibes que luego de haber puesto tanto esfuerzo en plasmar la musa que mueve tu existencia en algo que creías sólido, de repente sea arrugada y desechada por quien era tu inspiración.

Sin embargo, tampoco se contempla que tal vez eso en lo que se pudo haber gastado más tiempo pintando no era tan bueno como lo que puede llegar más adelante...posiblemente eso que se perdió no sería tan exitoso y bello en el futuro como lo que se está por pintar.

A estas horas, los ruidos nocturnos son pasivos, el sereno solloza por no tener a quien golpear a la cara y el manto estelar está carente de estrellas que iluminen la melancolía de los artistas noctámbulos, como yo….

Es desalentador cuando te propones dibujar líneas derechas que te lleven a la felicidad tan codiciada y que de repente te des cuenta de que el camino es aún mucho más borrascoso y complicado de trazar…esas líneas que el mundo torcido se encarga de desviar, irremediablemente deben ser dibujadas de nuevo así sea con creyones partidos y lienzos de hielo…

Hay impostores que se hacen pasar por artistas y hacen creer que por dentro tienen ese talento que se requiere para crear su propia historia…muchos usan palabras repetidas y colores desvencijados, sólo para darse cuenta más adelante que lo que han creado es tan desechable como sus intenciones de matizar algo realmente genuino.

A estas horas, en vez de pintar, dejo que mis dedos les hagan el amor al teclado, puesto que así como existen muchas almas que dibujan su interior, yo plasmo mi sentir en las letras…esas que siempre han sido mis más firmes aliadas a la hora de expresar ese lado de mi del que muchos se mofan y que pocos aprecian.

Aunque así se piense, jamás se está sólo…siempre hay otro pintor en busca de musa, o una musa en busca de quien sepa capturar su belleza a pleno…

A estas horas me importa un pepino que piensen que escribo cosas sin sentido. Quien lo considera así es porque es un artista frustrado, uno al que sus obras se le mojaron o rompieron y jamás tuvo la valentía de volver a empezar. Ya sé lo doloroso que es perder lo que considerabas una inversión de tu tiempo y de tu pasión…pero nunca se deja de ser un verdadero artista de la vida mientras haya por dentro el fuego que destellan las ganas de continuar buscando la perfección de tu obra maestra…o al menos aquella que se contraste con el sentido de tu propia armonía.


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