Esclavos del Blackberry¿No puedes dejar de mirarla cada cinco minutos? ¿La llevas a todas partes (reuniones, comidas, momentos de ocio) y además, la utilizas estés donde estés? ¿No la apagas ni para irte a dormir? ¿La usas cuando estás con otras personas y contestas con monosílabos a lo que te preguntan mientras tecleas tu smartphone compulsivamente? Si has contestado positivamente a todas estas preguntas parece claro: tu teléfono inteligente te ha esclavizado, él es tu dueño y no al contrario. Si todavía no has llegado a este extremo pero tienes un smartphone (blackberry, i-phone o similar), no está de más que te leas las siguientes pautas que te pueden ayudar a evitar desarrollar esta adicción en el futuro.
Aprovecha sus grandes ventajas (conexión a Internet, enviar y recibir correos, contactar con tu empresa y con tus clientes, relacionarte en las distintas redes sociales, posibilidad de realizar más tareas en menos tiempo) y no permitas que se conviertan en desventajas (estrés, incapacidad de desconectar en algún momento del día, deterioro en tus relaciones sociales cara a cara, invasión del trabajo en tu tiempo libre, pérdida de concentración y productividad).1.-Desconecta el “led”:
El led, esa lucecita verde o roja que se enciende y vibra para avisar si hay un mensaje nuevo produce impulsos irreprimibles: una vez encendida el usuario no puede contener las ganas de consultar la novedad. A ese agachar la cabeza con disimulo para revisar el aparato sin que nadie se de cuenta le han dado hasta un nombre: el rezo de la Blackberry. ¿Lo padeces? Prueba a desconectar el “led”. La empresa de telecomunicaciones CISCO, por ejemplo, recomienda este consejo a sus empleados en la intranet de la empresa, según explica Donald de Witte, director estratégico de TI para la región mediterránea. Si no lo sigues, puedes caer en la locura de reaccionar a cualquier estímulo similar a los timbres de la blackberry. Sobre todo, si recibes una ingente cantidad de correos al día.
2.-Configura un modo racional de consulta:
Para evitar la adicción continua a estos aparatos, el catedrático de Psicología Clínica y experto en adicciones a las nuevas tecnologías, Elisardo Becoña, aconseja no estar pendiente de él las 24 horas del día: “Consúltalo de vez en cuando, en vez de estar comprobando de modo continuo si hay mensajes en la misma . A veces se llega al extremo de consultar cualquier cosa que viene a la mente, para no dejar de usarla. Para que esto no ocurra, puede resultar muy útil configurar un modo racional de consulta.”
Es el mismo consejo que CISCO da a sus empleados: La blackberry, como la mayoría de los teléfonos inteligentes, permiten recibir el correo en una franja horaria determinada, si así lo configuras. “A nuestros empleados les aconsejamos que configuren sus dispositivos para recibir el correo en su horario habitual de trabajo, si no tienen la necesidad laboral de consultarlo el fin de semana”, cuenta de Witte.
3.-Apágala…
…una hora antes de ir a dormir:
La revisión del correo electrónico a última hora tiene los mismos efectos en el cuerpo humano que tomarse un café doble antes de acostarse, según un estudio de la marca hotelera Crowne Plaza, del grupo IHG. En un intento de atajar la epidemia de mal sueño que asola a la comunidad viajera de negocios esta cadena de hoteles se puso en contacto con un experto en temas de sueño. “La luz de un portátil o de un móvil está lo suficientemente concentrada como para indicar al cerebro que pare de producir melatonina, una hormona natural que impide la alteración del sueño. Rodearse de un entorno relajado y tener tiempo para disminuir el ritmo vital es esencial para asegurarse una buena noche de descanso, junto con el silencio, la oscuridad y la comodidad”, sostiene el doctor Chris Idzikowski del Centro de Sueño de Edimburgo.
…en las reuniones de trabajo:
Tener tu smartphone encendido en una reunión de trabajo es una fuente de distracción. Se han dado casos tan absurdos como que dos compañeros se comuniquen mediante este dispositivo en vez de hacerlo cara a cara con la consiguiente pérdida de información importante que eso implica. “En los últimos años se estaba generalizando una tendencia: acudir con el portátil a las reuniones. Pero hemos cambiado la política y en las reuniones que no son puramente informativas y en las que se requiere una colaboración, el empleado debe acudir sin portátil y apagar su smartphone”, confiesa de Witte.
…en la comida y en la cena:
Seguro que has vivido la situación: en una comida o en una cena uno (o varios) de los que están sentados a la mesa tienen la mirada perdida, contestan a lo que se les pregunta con monosílabos y sus dedos teclean su teléfono a toda prisa. ¿O eres tú el que lo ha hecho? Ante estas circunstancias de Witte opina que cuando estamos con otros seres humanos, deberíamos imponernos contestar después los mensajes o activar un mensaje automático que diga que vamos a responder más tarde: “Aunque sea sólo por educación”.
…en tu tiempo libre:
Es en este ámbito donde aparece tal vez el principal problema de los teléfonos inteligentes, donde su principal ventaja (el que te permitan estar siempre conectados) se convierte en desventaja. La conexión permanente trae aparejada sus problemas: diluye el límite entre el horario laboral y borra la línea divisoria entre vida personal y actividades del trabajo. “Hay veces que el ejecutivo no sabe parar, gestiona mal su tiempo y deja parte del trabajo para cuando llega a casa, en vez de solucionarlo en la oficina. A algunos puedes verlos en los parques con sus hijos pequeños: mientras éstos se columpian, ellos están hablando por teléfono, contestando mensajes o consultando webs. No caen en la cuenta de que cuando regresan a casa es para estar con la familia. Puede haber situaciones excepcionales, ¡claro!, pero éstas sólo deberían producirse una o dos veces al mes, como mucho”, describe Juan Romero, portavoz de Adicciones Digitales, organización que imparte charlas y seminarios en empresas, colegios y universidades para promover un uso saludable de la tecnología. A este tipo de ejecutivos les recomienda que si salen a tomar el domingo el aperitivo, dejen en casa su teléfono. “Eso les va a dar más libertad y tranquilidad. Si alguien les llama, que lo vuelva a hacer más tarde, que no pasa nada. Y si salen a pasar el día fuera de casa y se les olvida su blackberry que recapaciten: no es una tragedia, si tienen que hacer una llamada urgente, seguro que hay alguien que tiene un móvil y se lo deja”.
Becoña es de la misma opinión: “Deja en casa tu smartphone cuando estás en un momento de ocio: aprende a disfrutar de todos los momentos de la vida, tanto del trabajo como de la familia, los amigos, el ocio… La vida es el trabajo y muchas más cosas. Diferencia uso (trabajo) de abuso (excesivo) y dependencia”.
4.-Distingue entre lo urgente, lo importante y lo informativo:
Álvaro Alcina, director de Public Affairs y Comunicación de la empresa de telecomunicaciones de Alcatel Lucent, recomienda utilizar la blackberry sólo para leer los temas urgentes o prioritarios y dejar el resto para el trabajo usual de oficina: “Si no se aprende a hacer un uso más racional de estos dispositivos, puede llegar un momento en el que la ingente cantidad de información que generan nos desborden literalmente. Para evitar que una herramienta que ha de ser fundamentalmente útil llegue a ser adictiva, hay que saber crear una barrera entre lo urgente, lo importante y lo informativo. En muchas ocasiones, estas variables bien gestionadas inciden en la sensación de ir avanzando trabajo, para no encontrarse bloqueado por los diferentes temas que pueden surgir en el día a día”.
5.-Deja en paz a tus compañeros, jefes o subordinados:
Las personas que tienen un smartphone y consultan su correo cada cinco minutos empiezan a esperar una gran velocidad de respuesta por parte de sus contactos de correo y se genera un hábito difícil de romper. Los empleados saben que aquellos compañeros que tienen este teléfono están disponibles y pueden tener acceso a su correo electrónico siempre. De esta forma, se genera la creencia de que cualquiera debe estar siempre disponible para sus compañeros, las 24 horas del día o incluso, los fines de semana. “En Cisco se han dado casos de personas que siempre están conectadas y empiezan a exigir a sus compañeros, a sus subordinados, a toda la gente que trabaja con él que contesten de forma inmediata, en menos de cinco minutos. Si esto ocurre, deben comunicarlo al departamento de Recursos Humanos”, explica el director tecnológico de CISCO.
Juan Romero de Adicciones Digitales recomienda, en este sentido, “no hacer llamadas a otros móviles después de las horas de trabajo para cuestiones laborales: todo el mundo tiene derecho a descansar”.
6.-Las tareas, de una en una
Los smartphones están concebidos para facilitar la realización de más tareas en menor tiempo. Sin embargo no caigas en el error de intentar realizar varias tareas a la vez, porque eso te hace invertir más tiempo que si las acometes de una en una, además de reducir tu concentración y productividad. Juan Romero habla de una colega enganchada a su smartphone todo el día: “En ocasiones la batería del i-phone le dura tres horas o menos, lo que significa que tiene un montón de aplicaciones abiertas a la vez. A veces, lo utiliza hasta mientras está comiendo”. Es un claro ejemplo de personalidad multitarea. Las hay a montones: como casos de empresarios en conferencias que por un lado oyen la presentación y por otro están atentos a su dispositivo con el que navegan o consultan el correo, alternativamente. Sin embargo, esta actitud no mejora su productividad sino todo lo contrario: la empeora.
Según estudios realizados por la Universidad de Michigan, las personas multitarea reducen su productividad cuando desarrollan varias tareas al mismo tiempo. Los responsables de estos estudios descubrieron que quienes alternan entre dos tareas como intercambiar mensajes electrónicos y escribir un informe, pierden el 50% más de tiempo en dichas tareas que si terminan una antes de comenzar con la otra.
7.-No dejes de socializar:
Si has llegado al punto de aislarte de los demás para “relacionarte” sólo con el aparatito tienes un problema serio. “Cuando la persona organiza su vida, más allá del trabajo en función de este instrumento y lo antepone a cualquier aspecto de su vida (familia, sueño, ocio, hacer ejercicio…) es un claro síntoma de que se ha convertido en un esclavo o adicto a esa tecnología: vive por y para ella con excusas de que tiene que estar localizable, que necesita contactar con sus clientes y además, lo hace de modo obsesivo. Todo lo demás lo deja a un lado. Esta esclavitud le acarrea a su vez problemas personales, económicos, familiares. A veces, se aísla de los demás porque el mundo es sólo ese instrumento tecnológico. Al llegar a este punto, por suerte la persona o las personas de su entorno (pareja, amigos o compañeros de trabajo) le hacen saber que tiene un problema: Para solucionarlo hay que reducir el uso, abandonarlo o buscar ayuda terapéutica”, sostiene Elisardo Becoña, psicólogo especializado en adicciones a las nuevas tecnologías.
8.-Comprueba si eres adicto
Hay una aplicación llamada I love blackberry de EarlySail. Es gratuita y te permite saber si eres adicto al dispositivo midiendo la cantidad de tiempo que pasas utilizándolo. El programa registra el uso del smartphone y muestra los resultados en un marcador que te ayudará a saber lo enganchado o no que estás al dispositivo. I love blackberry fue descargado 10.000 veces las primeras 24 horas desde su lanzamiento.
9.-Haz copias de seguridad
Los teléfonos inteligentes te permiten guardar información y llevarla a todas partes para ser utilizada cuando sea necesaria. Pero no te olvides de realizar copias de seguridad con frecuencia: “Es muy importante disponer de una buena política de copias de seguridad en la empresa, independientemente de su tamaño. Los datos son un máximo activo y no puedes perder información vital porque te hayas dejado el teléfono en un taxi o porque te lo roben”, afirma Rodolfo de Juana, redactor de la web tecnológica www.muypymes.com.
10.-Párate a pensar: ¿realmente la necesitas?
Sólo un 37% de los usuarios de móviles en general confiesa que no sabe utilizar todas las funciones de éstos, según un estudio de Synovite. Con los smartphone en concreto pasa algo parecido y algunas veces, más que por su funcionalidad se adquieren porque son un símbolo de estatus, o lo que es lo mismo, “para fardar”. En este sentido, Donald de Witte, cuenta una anécdota: “En un principio en Cisco facilitábamos smartphones a todos los empleados, pero hemos cambiado esta política y hemos eliminado este servicio en cargos internos, porque realmente no lo necesitan. La reacción ha sido curiosa: Al principio, se mostraron enfadados pero después han sido muchos los que me han dicho: Gracias, porque ahora los fines de semana son sólo para mí. Creo que es cuando no lo tienes y dejas de usarlo, cuando te das cuenta del impacto que este dispositivo puede causar en tu vida”
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