sábado, 23 de octubre de 2010

33 almas resucitadas del subsuelo

La humanidad entera se estremeció al conocer que, al igual que tantas otras veces, la tierra se había tragado las vidas de personas que, como usted o yo, salieron un día a trabajar por el porvenir de su familia, sin pensar que éstas quedarían inmersas en una angustia profunda al saber el destino que les aguardó. Sólo que en este caso, después de muchas plegarias y tiempo de espera, el final no fue catastrófico.


Por Virginia Larrazábal

Corrían las agujas del reloj para marcar las 2 de la tarde del inolvidable 5 de agosto de 2010 para los empleados de la mina San José, al norte de Copiapó en el estrecho y largo territorio ubicado al extremo oeste del continente latinoamericano, donde 32 chilenos y un boliviano serían víctimas de un accidente que marcaría sus vidas para siempre. La tierra se sacudió ese nefasto día y los 33 hombres quedaron sepultados a 700 metros de profundidad.

En la más extrema desesperación, tuvieron que transcurrir poco más de dos semanas de arduas jornadas de perforación del suelo para que, al fin, un aliento de esperanza fuera hecho llegar hasta la superficie. “Estamos bien en el refugio los 33”, fue el mensaje que vía sonda escribiera uno de los valientes hombres atrapados, para notificar a los rescatistas que aún seguían respirando.

Desde entonces inició la odisea de rescate que, al principio, estaba estimada a cumplirse en un lapso de tres meses, sin contar con que se necesitaría mucho menos tiempo para que los mineros vieran la luz nuevamente.

La esperanza es lo último que muere

Esperanza se llamó el campamento donde las numerosas familias permanecieron en vigilia alrededor de la mina, esperando que el gran día cuando tendrían la dicha de abrazar de nuevo a sus seres queridos llegara.

Los parientes de las víctimas denunciaron que los mineros habían advertido sobre las fallas geológicas del yacimiento, de acuerdo con lo reflejado en el portal electrónico Mi Punto, pero el Ministerio de Minería hizo caso omiso, pues Chile se caracteriza por ser una nación que sostiene su economía, mayormente, gracias a la explotación de las minas.

Al día siguiente, una vez que las autoridades se percataron de que seguían vivos, insumos como agua, comida y medicamentos; fueron enviados a través de una sonda que había servido, en primera instancia, como vía para establecer comunicación con los mineros.

Rutina de supervivencia

Con el propósito de mantener equilibrada la salud física y mental de los 33 individuos, se organizaron horarios de comida, comunicación con personas en tierra firme y esparcimiento, sin faltar por su puesto las oraciones colectivas que ayudaron a mantenerlos con fe durante más de dos meses atrapados.

Mientras el mundo los observaba con ojos de admiración, imágenes y videos fueron tomados, reflejando el espíritu de optimismo y las ganas inmensas que tenían de salir de su encierro, que no hubiera podido ser llevadero si no hubieran estado presentes los valores de la paciencia, tolerancia, unidad y la experiencia que cada uno aportó para salir de aquella tribulación.

El día que la tierra parió

Mucho antes de lo esperado, el 12 de octubre de 2010 se iniciaron las labores para regresar a la vida a los trabajadores de la empresa San Sebastián, que habían permanecido enterrados vivos por un par de meses.

Organismos y profesionales de todo el mundo acudieron a su auxilio, desde petroleras que aportaron perforadoras de alta tecnología, ingenieros, médicos, psicólogos, hasta científicos de la NASA, de acuerdo con el sitio digital del diario El Universal. Por su puesto sin pasar por alto a las autoridades chilenas, incluyendo al presidente Sebastián Piñera, quien no se movió del lugar y se mantuvo firme con gran entusiasmo hasta que el último minero pisó la superficie.

Con lágrimas en los ojos, toda la comunidad internacional observó estupefacta el momento en que, tal como un ave fénix que renace de sus cenizas, la cápsula bautizada con dicho nombre emergió de la tierra, dejando salir desde sus entrañas al primer minero, Florencio Álvarez, quien con gran apremio corrió a los brazos de sus seres queridos y agradeció con gran emotividad al gobierno chileno por no haberlos dejado allá abajo.

Consecuentemente, uno a uno fueron saliendo de la cápsula, incluyendo al boliviano Carlos Mamani, quien contó con el apoyo y presencia del mandatario de su país natal, Evo Morales.

Por día y medio más se extendió la jornada, hasta que milagrosamente el último, Luis Urzúa, jefe de los mineros; estuvo afuera, recibiendo de parte del presidente Piñera las más sinceras felicitaciones por la valentía demostrada, para dar así por concluida la valerosa e histórica operación de rescate que posicionó a Chile ante los ojos del mundo como una tierra bendita por el creador.

¿Casualidad o milagro?

Curiosamente, 38 años atrás, el 13 de Octubre, mismo día en que se rescataron a los mineros chilenos en el año en transcurso, se estrelló en la cordillera de Los Andes un avión que se dirigía precisamente a Chile, y que llevaba a bordo pasajeros de origen uruguayo, quienes soportaron las más inhumanas condiciones de supervivencia antes del rescate de sólo unos pocos de ellos, pues muchos murieron a causa del frío y el hambre en aquella terrible tragedia que se convirtió en famosa e incluso ha sido llevada a la pantalla grande.

Este año, la fecha 13/10/10, recalcando una vez más que fue el día en que las proezas de la tecnología y la solidaridad de los hombres se hicieron presentes, juntas en suma dan un resultado de 33. Lo que hace pensar que no es casualidad que el número de vidas rescatadas hayan sido precisamente 33…la edad de Cristo al morir. Por lo tanto, no solamente fueron los avances de la ciencia y la buena voluntad de los hombres lo que hicieron posible esta gran hazaña, sino la inmensa misericordia de Dios, que demostró una vez más como prueba fehaciente de su gloria que el escepticismo de los hombres no tiene cabida, y mucho menos en situaciones donde la fe es lo único que mantiene el alma con vida.



RESCATE DEL PRIMER MINERO, FLORENCIO ÁLVAREZ





RESCATE DEL ÚLTINO MINERO, LUIS URZÚA. ¡¡¡MISIÓN CUMPLIDA!!!

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