lunes, 11 de julio de 2011

Filosofando

Todas las personas que conocemos, desde nuestros amigos, nuestra familia, los amigos de los amigos, los compañeros de trabajo, la señora del carrito, el viejo de la panadería, la muchacha de recepción y hasta el señor que se te coló en el banco, no aparecieron delante de tí solamente porque naciste en ese núcleo o para fregarte la vida.

Cada individuo está en tu camino para dejar un mensaje, a veces ni siquiera es con palabras, para dejar una cicatríz, un hueco, un golpe, un recuerdo, un aporte en tu formación o quizá un sentimiento de fraternidad y amor.

De cualquier manera, esos seres que ves y recuerdas todos los días, e incluso aquellos de los que ni siquieras tienes idea de que aparecieron o aparecerán, están presentes como parte de las muchas pruebas y enseñanzas que debes ir ganando para llegar a entender porqué estás aquí. Por lo tanto, no subestimes el poder de un saludo, de un perdón y mucho menos de la oración. El que clama entendimiento, poco a poco, va ganando conciencia de Dios.

No sé qué haces en mi vida, pero bienvenido(a) seas. Lléname de vivencias así como yo lo haré contigo por gracia de su poderoso nombre.

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