No titulé esto “Red social” para hablar sobre el boom que han causado estas páginas web, de lo adictivas que son ni tampoco de la cantidad de información que la gente averigua a través de ellas…no mencionaré ningún estudio poblacional que registre ningún tipo de datos o estadísticas, es sólo la manera más sencilla de darle un nombre actual a la soledad colectiva. No estoy juzgando a nadie, pues hablo también por mí misma.
Muchos twitteamos, publicamos videos o gastamos el tiempo viendo fotos que jamás detallamos. Clicks sin sentido van y vienen, pero realmente, a través de una computadora, no se llena nunca la soledad que muchos sienten…sentimos.
Aquí me siento, todas las noches, cuando nada más que el ruido de la tv llena el espacio, a socializar a través de estos sitios, pero realmente no sé si logro que alguien se fije en lo que mis dedos escriben obedeciendo al piloto automático en mi cabeza…y de vez en cuando a mi aporreado y ciego corazón.
Sé que no sólo escribo por mí, sino por muchas almas que miran al cielo esperando que mañana sea un mejor día y no terminen en la misma cita diaria con el monitor. No es mi intención causar ningún tipo de depresión, aunque muchos podrían decir que así lo parece, es sólo que me he estado convenciendo a mi misma de que las redes sociales son el reflejo de la soledad inmensa que una gran parte de la gente siente. Y no estoy diciendo que toda la gente esté metida en el paquete, pero ciertamente sí una cantidad notable.
¿Cuándo fue que se convirtió tan difícil la fluida comunicación física y resultó mucho más fácil enviar textos que realmente no te miran a los ojos? ¡Y lo digo yo! Que he pasado buena parte de mi vida atada a este medio, llevando una cuenta regresiva que al final se estropeó. Me he dado cuenta que pedir perdón a la cara, tocar un tema delicado o expresar cariño a alguien se ha convertido en toda una cruzada…todos estamos tan avanzados que realmente casi no nos damos cuenta que hemos retrocedido. Suena antagónico, pero jamás, jamás, el sonido las teclas reemplaza el sonido de un par de labios diciendo un te quiero. Aquellos que aun pueden…podemos, si existe la opción de cambiar esta tendencia de virtualizar el cariño, entonces demos una lección, y no a los demás sino a nosotros mismos…al final siempre trae mejores y más lindas satisfacciones.
No quiere decir que sea malo o que dejemos de usar las redes sociales ni de escribir e-mails, a veces son necesarios. En mi caso, conservo muchas personas en mi corazón que, lamentablemente, están lejos de mí físicamente y esta se convierte en una vía para continuar el contacto. A ellos no puedo expresarles mi cariño en presencia, pero no quiere decir que no exista. Por favor, no me malinterpreten. Puede sonar como si me estuviera contradiciendo, pero lo que digo es que cuando haya posibilidad de plantarte frente a una persona mirarla a la cara, ¡hazlo!, en vez de elegir la vía más fácil que es manipular un aparato y apretar un botón.
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