martes, 2 de agosto de 2011

Hoy me hablaste Jehová Ra'ah, directamente a la cara. 

Hiciste que el espíritu santo descendiera y derramara su fuego sobre mi corazón. Declararon por tu poderoso nombre, Cristo Jesús, propósitos para mí que sólo pueden ser posibles gracias a que derramaste tu preciosa sangre para darme lo que no me merezco, pero que por tu infinita gracia hoy recibo. 

Jehová Nissi, Jehová Rafa, Jehová Tsabaoth...confieso que no quiero ser una creyente más que acude a tu iglesia como oyente...quiero que la pasión por tu obra me mueva hasta allí donde no te conocen, donde huyen de ti, donde te niegan. Quiero ser, oh Señor amado, testigo de tu obra, pero para ello he de ser edificada con tu palabra y con tu unción. Mi Shaddai venerado exalto tu nombre hoy y todos los días de mi vida. Es el deseo de mi espíritu ser voz de tu bendición, ser instrumento de lo que tienes para dar.

Gracias Padre de la gloria porque hoy me has hablado claro y fuerte. Y a todo lo que profetizaste en el nombre del hijo, Amén diga el Padre.